Paz G. de Fern�ndez Cueto/ �D�nde qued� izquierda y derecha? Paz G. de Fern�ndez Cueto Hasta hace pocos a�os, proponer una alianza entre un partido percibido como de "izquierda" y otro identificado como de "derecha" resultaba impensable, por no decir pr�cticamente imposible. Se comprende quiz� por esto la efervescencia pol�tica y el nutrido debate que en la opini�n p�blica se ha suscitado en torno a la propuesta de alianza que el PRD hiciera al PAN y a otras fuerzas pol�ticas, a fin de lograr una mayor�a opositora en el Congreso. Pese a la negativa del Partido de Acci�n Nacional, el hecho no deja de ser significativo y abre desde luego un nuevo cap�tulo en la vida pol�tica nacional. Este intento de acercamiento entre los partidos as� etiquetados, deja de manifiesto lo que a nivel de pol�tica internacional se ha venido evidenciando; tras la sacudida de 1989 y habi�ndose venido abajo el proyecto pol�tico del comunismo con la ca�da del muro de Berl�n, la izquierda busca reencontrar su identidad explorando nuevos caminos por encima de las diferencias ideol�gicas. La izquierda como sensibilidad del cambio, para lograr una mayor justicia y libertad, estuvo durante m�s de un siglo acompa�ada del equ�voco marxista; por otra parte, quienes no comulgaban con estos principios eran considerados autom�ticamente de derecha, identific�ndolos con las posturas m�s conservadoras. La distinci�n "izquierda-derecha", tiene ya sus a�os de vida y empez� con la Revoluci�n Francesa. En aquella asamblea inicial, quienes estaban a la derecha de la presidencia votaron por una revoluci�n gradual y los que se situaron a la izquierda, optaron por un cambio radical e inmediato. Fue hasta 1930 cuando empieza a aparecer el t�rmino "socialismo" que se sit�a en la izquierda, a�adiendo un matiz que no ten�a la izquierda republicana francesa de 1789: el de lo "social", que daba m�s �nfasis a la igualdad que a la libertad. Cuarenta a�os m�s tarde, cuando se empieza a difundir el pensamiento de Marx, la izquierda toma como paradigma -se diga o no se diga- la utop�a con la convicci�n de que: "la historia de todas las sociedades existentes hasta entonces era la historia de la lucha de clases". De esta manera, la propuesta "socialista-comunista", se presentaba como la soluci�n a las contradicciones y como la conciliaci�n definitiva de la libertad y de la igualdad. La izquierda representaba el verdadero progreso y a quienes se opon�an a este pensamiento, se les tachaba de conservadores en el mejor de los casos, y en el peor de retr�grados o reaccionarios. Cuando la Revoluci�n Sovi�tica de 1917 y hasta medio siglo despu�s, dio la impresi�n a muchos intelectuales de acercarse los tiempos de la realizaci�n de la utop�a, a pesar de que Lenin y sobre todo Stalin, no instalaron una sociedad de libertades sino de represi�n y exterminio. A�os m�s tarde, una parte del movimiento de izquierda adoptando diferentes nombres de "socialismo", se separa del comunismo y evoluciona poco a poco hacia lo que todav�a hoy se le llama "social-democracia". Pero incluso ya en los a�os sesenta, el marxismo segu�a siendo el inspirador principal de casi todos los socialismos. La misma revoluci�n cultural de los sesenta, se hizo en parte en nombre de Marx, aunque quiz� del Marx joven, del Marx humanista, liberal y radical, que a�n no se cre�a en posesi�n de la llave de la historia. Al producirse en 1989 el descalabro del comunismo, se presenta la siguiente paradoja: en la ex URSS, los defensores del antiguo "marxismo-leninismo", se configuran como los de derecha es decir como los conservadores del antiguo r�gimen; por otra parte, los que desean el cambio hacia formas pol�ticas democr�ticas y econom�as abiertas de mercado �ser�n considerados de izquierda? La concepci�n "derecha-izquierda", se tambalea en la indefinici�n y todo se vuelve m�s pragm�tico. En el libro Izquierda punto cero, Richard Rorty escribe que: la izquierda del futuro deber� abandonar la ret�rica de la revoluci�n y replantearse los postulados de Hegel que Marx hered� y que fueran por muchos a�os el sustento ideol�gico de los pa�ses totalitarios. Est� claro que el �mbito de la izquierda es una vez m�s muy difuso; pero no ocurre algo distinto con la derecha. En estos momentos, el pensamiento pol�tico en la esfera internacional anda deshilvanado, como consecuencia de los profundos movimientos sociales y pol�ticos que se han producido a partir de los a�os sesenta: desde lo que parec�a una revoluci�n mundial, hasta el desencanto de la postmodernidad; desde el hundimiento del comunismo, hasta la exacerbaci�n de posturas capitalistas, que parec�an ya enterradas por la historia. Sucede adem�s que los problemas m�s acuciantes y m�s urgentes de hoy, no son de izquierda ni de derecha, se plantean por igual en casi todas partes y su soluci�n no es ideol�gica; todos coinciden en la necesidad de conservar la paz, en la seguridad p�blica, en la protecci�n del medio ambiente, en garantizar las libertades de la ciudadan�a, en la solidaridad colectiva y desde luego, por lo menos en teor�a, en la importancia de fortalecer una sociedad democr�tica. En ocasiones da la impresi�n, de que hubieran m�s coincidencias que divergencias y de que al multiplicarse los temas comunes, las distinciones no tuvieran ya sentido. Algo semejante ocurre en asuntos de car�cter econ�mico. Hoy por hoy, cualquier gobierno sensato tendr� que combatir la inflaci�n, asegurar un desarrollo sustentable, procurar la creaci�n de nuevos empleos y evitar las huelgas. Surge entonces la duda de que si la pol�tica del viejo sindicalismo te�ricamente de izquierda, no va en favor de unos pocos y en contra de una inmensa poblaci�n joven, casi siempre en busca de su primer empleo; y si �sta misma, no favorece la burocratizaci�n parasitaria que frecuentemente premia -por sistema- la ineficacia en contra de la productividad. Parece que la distinci�n: "izquierda-derecha", a la manera simplista debe superarse; es una cuesti�n de sensibilidad. El PRI durante sus m�s de sesenta a�os de gobierno sin alternancia, ha venido oscilando entre una izquierda populista y totalitaria, hasta un gobierno de tinte capitalista calificado de tecn�crata y neoliberal. Desde luego, resulta una insensatez, buscar el cambio por el cambio. Gran parte de la crisis que ahora padecemos, estriba en haber disimulado con propuestas de cambio o de innovaci�n demag�gica, lo que en realidad era un proceso fosilizador. En el fondo de las propuestas, sean de "izquierda o de derecha", lo verdaderamente importante, es la capacidad profesional, la disposici�n de servicio y el desempe�o �tico del servidor p�blico el cual no se manifiesta con palabrer�as sino a trav�s de resultados tangibles. Para que los funcionarios p�blicos sirvan, tienen que aprender a servir, no a servirse del poder; si no sirven -sean de izquierda o de derecha- no servir�n para nada. Copyright � 1996 Informaci�n Selectiva, S.A. de C.V. Todos los derechos reservados