CRECIMIENTO ECONÓMICO


El objetivo estratégico fundamental del Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000 es promover un crecimiento económico vigoroso y sustentable que fortalezca la soberanía nacional, y redunde en el bienestar social de todos los mexicanos y en una convivencia fincada en la democracia y la justicia.

Una tasa de crecimiento económico elevada es condición esencial para impulsar el desarrollo del país en todos sus aspectos. El crecimiento económico es indispensable para que la población tenga un empleo bien remunerado, niveles de bienestar crecientes y, por ende, se promueva el apego a la legalidad del comportamiento social y se sienten bases de justicia distributiva que favorezcan un desarrollo político armónico y democrático.

Se estima que para absorber a los nuevos demandantes de empleo, la actividad económica debe crecer en casi cinco por ciento anual. De ahí que una meta del Plan Nacional sea que, una vez superada la crisis financiera actual y consolidada la recuperación económica, se alcancen tasas sostenidas de crecimiento económico superiores al cinco por ciento anual.

El crecimiento sostenido de la economía requiere de la inversión para ampliar la capacidad productiva y absorber el aumento de la mano de obra. Para que haya inversión, indispensable para el crecimiento económico, hace falta el ahorro interno, complementado por el ahorro externo y nunca sustituido por éste.

La estrategia económica, que reconoce la necesidad de elevar el ahorro interno, pondrá especial énfasis en asegurar el abatimiento sano y permanente de la inflación. Sólo cuando la inflación es baja, el ahorro se traduce en mayor inversión y ésta, a través del crecimiento de la actividad económica y el empleo, en beneficios tangibles para la población. Por el contrario, la inflación, además de inhibir el ahorro y la inversión, al erosionar el poder adquisitivo de los salarios y de los activos financieros, lesiona en forma desproporcional a los trabajadores y a la población con menores ingresos.

El crecimiento económico depende no sólo del esfuerzo de inversión y ahorro, sino también de la eficiencia con que se utilicen los medios de producción y la mano de obra. Consecuentemente, el aumento en la productividad y la eficiencia recibirá la mayor importancia en la estrategia para promover el crecimiento económico.

El impulso a la inversión habrá de comprender tanto la inversión en capital físico como la elevación de la calidad de la fuerza de trabajo. Respecto a la inversión en capital físico, en los próximos años se emprenderán acciones con el propósito no sólo de aumentar su volumen, sino de provocar la modernización tecnológica que nos haga más competitivos y aprovechar mejor los flujos internacionales de comercio e inversión. Asimismo, para lograr mayor calidad de la mano de obra se realizará un esfuerzo importante en materia de educación y capacitación de los trabajadores, así como en la procuración de condiciones de salud, nutrición y vivienda digna.

El Plan Nacional de Desarrollo plantea las siguientes cinco grandes líneas de estrategia para impulsar el crecimiento económico sostenido y sustentable:

1. Hacer del ahorro interno la base fundamental del financiamiento del desarrollo nacional asignando un papel complementario al ahorro externo con el objeto de fomentar la inversión productiva

Ante la caída del ahorro privado interno de los últimos años, el desafío principal de la política económica es el de promover su recuperación y fortalecimiento para hacer del ahorro nacional la fuente primordial del financiamiento del desarrollo. México deberá continuar recurriendo a los recursos del exterior para fortalecer la inversión. Para que el ahorro externo desempeñe su función complementaria, es necesario que se oriente a financiar una mayor inversión global en el país, no a desplazar la inversión financiada con recursos internos. Fortalecer el ahorro interno significa fortalecer la suma del ahorro público y del ahorro privado.

Reforma fiscal para el ahorro y la inversión. Para el financiamiento adecuado y solvente de sus actividades propias, el gobierno debe recurrir a los impuestos. Para la sociedad es preferible que se acuda a fuentes eficientes y explícitas de financiamiento que al más regresivo e ineficiente de todos los impuestos: el impuesto inflacionario. Pero no basta con que el gobierno financie de manera responsable y transparente su actividad, mediante un sistema fiscal financieramente solvente. El sistema tributario debe también evitar que los impuestos se conviertan en obstáculo para la actividad económica y la generación de empleos productivos y bien remunerados. Por ello debe orientarse a estimular la actividad productiva, la inversión y el ahorro. Al diseñar los impuestos debe tomarse en cuenta su efecto sobre el ahorro público y también sobre el ahorro privado. La política tributaria debe seguir los siguientes objetivos:

Sistema financiero para impulsar el ahorro y la inversión productiva. El sistema financiero desempeña un papel fundamental para la generación del crecimiento económico. Capta una parte muy significativa del ahorro de la sociedad y lo orienta hacia inversiones productivas. En el sector financiero existen significativas oportunidades para ofrecer una gama más amplia de instrumentos y servicios que fomenten el ahorro de la población y que propicien una orientación de los recursos más eficiente y oportuna hacia los sectores productivos. Por ello, se debe: Ahorro y seguridad social. Dos de los motivos más importantes que tienen las personas para ahorrar son la adquisición de vivienda y contar con ingresos dignos al retiro de la vida económicamente activa. El Plan propone una reforma del sistema de seguridad social para brindar mejores servicios a la población e incrementar el ahorro interno.

Ahorro público para el crecimiento. La consolidación del ahorro público se apoyará tanto en la racionalización del gasto corriente como en el fortalecimiento de fuentes de ingresos estables y no-inflacionarias. Para cumplir con este fin, el gobierno debe asegurarse que:

Inversión y ahorro externo. México, en su etapa actual de desarrollo, requiere del uso complementario del ahorro externo, el cual debe dirigirse a la inversión productiva más que a la obtención de altos rendimientos de corto plazo. Se deberá considerar que:

2. Establecer condiciones que propicien y mantengan la estabilidad y certidumbre para la actividad económica

La experiencia de México y otros países muestra con claridad que el crecimiento económico sostenido sólo es posible cuando se procuran, alcanzan y preservan los equilibrios macroeconómicos fundamentales. Es esencial que las políticas que procuren la estabilidad macroeconómica sean transparentes y estables para que tengan credibilidad y ofrezcan certidumbre a la población.

Para que la situación macroeconómica permita una expansión sostenida de la actividad económica y del empleo, se requiere contar con finanzas públicas sanas, con una política monetaria y cambiaria que coadyuve a la competitividad de la economía y a la estabilidad de precios.

Finanzas públicas

Es esencial que en los próximos años se mantenga una estricta disciplina fiscal que permita que las finanzas públicas no sólo no sean un factor de desequilibrio, sino que contribuyan con eficacia a impulsar el crecimiento económico en condiciones de creciente estabilidad de precios. Ello significa que el nivel del gasto público deberá guardar correspondencia con el total de ingresos tributarios y no tributarios que recibe el sector público.

Política cambiaria

La evolución nominal y real del tipo de cambio influye en la competitividad de corto plazo de la economía, en la producción nacional de bienes importables y exportables, en el ahorro interno, en el nivel general de precios y, por supuesto, en el mercado de divisas y en la balanza de pagos del país. De ahí la importancia de contar con una política cambiaria congruente con los objetivos y estrategias económicas que establece este Plan. En este sentido, es importante reconocer que los márgenes y restricciones de la política cambiaria están dados por el comportamiento de otras variables y ámbitos de la economía, como son las finanzas públicas, la política monetaria, el nivel de las reservas internacionales, la promoción del ahorro y la productividad. Asimismo, la evolución de diversas variables económicas y financieras a nivel internacional puede tener un impacto significativo sobre el tipo de cambio real. Por ello, la política cambiaria deberá evitar sistemáticamente una sobrevaluación del tipo de cambio real que inhiba el ahorro interno y la producción nacional. Al mismo tiempo, debe procurarse que, en combinación con otros instrumentos de la política económica, la evolución cambiaria coadyuve a la estabilización del nivel de precios.

Política monetaria

La adecuada conducción de la política monetaria constituye un factor fundamental para el logro de los objetivos que propone este Plan en materia de estabilidad en el nivel de precios y de un crecimiento sano y sostenible de la economía. Esta política influye en forma preponderante sobre el comportamiento de los precios que, a su vez, constituye un punto de referencia para toda la actividad económica. Por ello, en la medida en que dicha política consiga crear un clima de estabilidad y confianza, contribuirá a la generación de ahorro interno y a la inversión en proyectos productivos. La responsabilidad de la conducción de la política monetaria corresponde, por mandato Constitucional, al Banco de México el cual en su carácter de órgano autónomo está obligado a procurar, como objetivo prioritario, la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional.

3. Promover el uso eficiente de los recursos para el crecimiento

Para alcanzar el crecimiento económico que demanda el desarrollo nacional, es necesario asegurar el uso amplio y eficiente de los recursos humanos y materiales de que dispone el país. Se requiere crear las condiciones que favorezcan el empleo intensivo de la mano de obra. Además, es preciso elevar sostenidamente la productividad de la fuerza laboral para lograr no sólo más empleo, sino mejores ingresos. Debe propiciarse un aumento sistemático de la eficiencia general de la economía, la cual sigue estando limitada por insuficiencias en la infraestructura, deficiencias en la calidad y costo de insumos básicos, el retraso tecnológico y la existencia de pesadas regulaciones e inequidades en la competencia.

Empleo y productividad

Se deberá propiciar la absorción productiva de la mano de obra mediante el abatimiento de la brecha entre el costo del empleo y la remuneración real al trabajador, la reducción de los costos de transacción en el mercado laboral, la promoción de la eficiencia en los mercados que producen insumos complementarios al trabajo, y la desregulación en beneficio sobre todo de las pequeñas empresas del país para aprovechar sus amplias potencialidades para absorber mano de obra.

Capacitación

Resulta estratégico impulsar las oportunidades de formación técnica y capacitación de los trabajadores del país para elevar progresivamente la productividad del factor trabajo.

Actualización tecnológica

La política tecnológica debe coadyuvar para hacer un uso más eficiente y efectivo de los recursos limitados del país, para alcanzar mayor crecimiento y un aumento en el bienestar general que sea compatible con el cuidado del medio ambiente. Debe contribuir a diluir la dualidad y la dispersión tecnológica entre los sectores productivos, y a cerrar la brecha tecnológica entre empresas del país y entre los niveles tecnológicos de éstas y de los competidores del extranjero.

Desregulación y fomento de competencia interna y externa

Se debe asegurar que un número creciente de regiones, sectores, cadenas productivas y empresas aprovechen todas las ventajas competitivas de nuestra economía. Se promoverán reformas legales para asegurar la vigencia del Estado de Derecho, en lo referente a la propiedad, la protección al patrimonio, controversias mercantiles y abusos de autoridad. Asimismo, se ejecutará un programa de desregulación y simplificación administrativa para mejorar la eficiencia de la regulación vigente y se combatirán prácticas monopólicas, tanto de empresas privadas como públicas.

Actualmente, México dispone de amplias oportunidades para que sus exportaciones penetren a los mercados mundiales. Se fortalecerán los esquemas de promoción de las exportaciones. Se continuará el proceso de negociación de los tratados comerciales con los países centroamericanos y se profundizarán las relaciones comerciales con el Mercosur y con los países de la Cuenca del Pacífico y de la Unión Europea. Estos acuerdos deberán establecer condiciones para un desenvolvimiento eficiente sobre bases de equidad, que incluyan, de manera muy preponderante, un trato justo en las relaciones comerciales.

Infraestructura e insumos básicos

Ante la escasez de recursos del sector público y ante la posibilidad de generar competencia y de regular adecuadamente a los particulares, será conveniente promover una amplia participación de la inversión privada en infraestructura dentro de los límites que marca la ley. El Plan contempla la participación del sector privado en ferrocarriles, telecomunicaciones, puertos, aeropuertos, generación de energía eléctrica, carreteras, y almacenamiento, transporte y distribución de gas, entre otros.

4. Desplegar una política ambiental y de recursos naturales que haga sustentable el crecimiento económico

Sociedad y Estado deben asumir plenamente las responsabilidades y costos de un aprovechamiento duradero de los recursos naturales renovables y del medio ambiente. La política ambiental y de aprovechamiento de los recursos pasará de una actitud estrictamente regulatoria para constituirse en un proceso de promoción e inducción de inversiones en infraestructura ambiental, de creación de mercados y de financiamiento para el desarrollo sustentable. Ello es indispensable para hacer compatible el crecimiento económico con la protección ambiental.

5. Políticas sectoriales

Desarrollo Industrial

El Plan Nacional precisa un conjunto de instrumentos y estrategias que son parte indispensable de la política industrial. El programa sectorial busca ofrecer el marco para el desarrollo industrial del país en los próximos años, con énfasis en la promoción de las micro, pequeñas y medianas empresas. Asimismo, se propondrá fortalecer el desarrollo de los subsectores y ramas que han resentido un mayor rezago en años pasados y promover el desarrollo e integración eficiente de las regiones que presentan mayores rezagos, mediante la identificación e impulso de ventajas comparativas.

Minería

La política minera se sustentará en un marco regulatorio que genere seguridad jurídica entre los inversionistas. Se buscará mantener un ritmo de expansión congruente con el desarrollo sustentable y que permita aprovechar la amplia capacidad de la minería en la generación de empleo, abastecimiento del mercado interno y generación de divisas.

Turismo

El programa de desarrollo del sector turismo reconocerá que la actividad turística es la opción más rápida y viable para el desarrollo de algunas regiones del país, debido a las ventajas relativas por nuestra vecindad con grandes mercados y, sobre todo, por la singularidad de nuestros recursos.

Política Agropecuaria

El objetivo central de la política agropecuaria consistirá en incrementar el ingreso neto de los productores. Para ello, se deberán establecer medidas para mejorar la infraestructura productiva, la capacitación de los trabajadores agrícolas, los servicios financieros, así como otorgar certidumbre a la tenencia de la tierra. Para compensar el ingreso de los productores, se seguirán otorgando los apoyos directos para promover la capitalización y el desarrollo tecnológico del sector. Por su parte, la política de precios agrícolas y ganaderos será tal que permita la formación de mercados regionales, la reconversión productiva de aquellas regiones que muestren ventajas comparativas, la expansión de cadenas productivas y el abasto adecuado de maíz y frijol.


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