Una tasa de crecimiento econ�mico elevada es condici�n esencial para impulsar el desarrollo del pa�s en todos sus aspectos. El crecimiento econ�mico es indispensable para que la poblaci�n tenga un empleo bien remunerado, niveles de bienestar crecientes y, por ende, se promueva el apego a la legalidad del comportamiento social y se sienten bases de justicia distributiva que favorezcan un desarrollo pol�tico arm�nico y democr�tico.
Se estima que para absorber a los nuevos demandantes de empleo, la actividad econ�mica debe crecer en casi cinco por ciento anual. De ah� que una meta del Plan Nacional sea que, una vez superada la crisis financiera actual y consolidada la recuperaci�n econ�mica, se alcancen tasas sostenidas de crecimiento econ�mico superiores al cinco por ciento anual.
El crecimiento sostenido de la econom�a requiere de la inversi�n para ampliar la capacidad productiva y absorber el aumento de la mano de obra. Para que haya inversi�n, indispensable para el crecimiento econ�mico, hace falta el ahorro interno, complementado por el ahorro externo y nunca sustituido por �ste.
La estrategia econ�mica, que reconoce la necesidad de elevar el ahorro interno, pondr� especial �nfasis en asegurar el abatimiento sano y permanente de la inflaci�n. S�lo cuando la inflaci�n es baja, el ahorro se traduce en mayor inversi�n y �sta, a trav�s del crecimiento de la actividad econ�mica y el empleo, en beneficios tangibles para la poblaci�n. Por el contrario, la inflaci�n, adem�s de inhibir el ahorro y la inversi�n, al erosionar el poder adquisitivo de los salarios y de los activos financieros, lesiona en forma desproporcional a los trabajadores y a la poblaci�n con menores ingresos.
El crecimiento econ�mico depende no s�lo del esfuerzo de inversi�n y ahorro, sino tambi�n de la eficiencia con que se utilicen los medios de producci�n y la mano de obra. Consecuentemente, el aumento en la productividad y la eficiencia recibir� la mayor importancia en la estrategia para promover el crecimiento econ�mico.
El impulso a la inversi�n habr� de comprender tanto la inversi�n en capital f�sico como la elevaci�n de la calidad de la fuerza de trabajo. Respecto a la inversi�n en capital f�sico, en los pr�ximos a�os se emprender�n acciones con el prop�sito no s�lo de aumentar su volumen, sino de provocar la modernizaci�n tecnol�gica que nos haga m�s competitivos y aprovechar mejor los flujos internacionales de comercio e inversi�n. Asimismo, para lograr mayor calidad de la mano de obra se realizar� un esfuerzo importante en materia de educaci�n y capacitaci�n de los trabajadores, as� como en la procuraci�n de condiciones de salud, nutrici�n y vivienda digna.
El Plan Nacional de Desarrollo plantea las siguientes cinco grandes l�neas de estrategia para impulsar el crecimiento econ�mico sostenido y sustentable:
Ante la ca�da del ahorro privado interno de los �ltimos a�os, el desaf�o principal de la pol�tica econ�mica es el de promover su recuperaci�n y fortalecimiento para hacer del ahorro nacional la fuente primordial del financiamiento del desarrollo. M�xico deber� continuar recurriendo a los recursos del exterior para fortalecer la inversi�n. Para que el ahorro externo desempe�e su funci�n complementaria, es necesario que se oriente a financiar una mayor inversi�n global en el pa�s, no a desplazar la inversi�n financiada con recursos internos. Fortalecer el ahorro interno significa fortalecer la suma del ahorro p�blico y del ahorro privado.
Reforma fiscal para el ahorro y la inversi�n. Para el financiamiento adecuado y solvente de sus actividades propias, el gobierno debe recurrir a los impuestos. Para la sociedad es preferible que se acuda a fuentes eficientes y expl�citas de financiamiento que al m�s regresivo e ineficiente de todos los impuestos: el impuesto inflacionario. Pero no basta con que el gobierno financie de manera responsable y transparente su actividad, mediante un sistema fiscal financieramente solvente. El sistema tributario debe tambi�n evitar que los impuestos se conviertan en obst�culo para la actividad econ�mica y la generaci�n de empleos productivos y bien remunerados. Por ello debe orientarse a estimular la actividad productiva, la inversi�n y el ahorro. Al dise�ar los impuestos debe tomarse en cuenta su efecto sobre el ahorro p�blico y tambi�n sobre el ahorro privado. La pol�tica tributaria debe seguir los siguientes objetivos:
Ahorro p�blico para el crecimiento. La consolidaci�n del ahorro p�blico se apoyar� tanto en la racionalizaci�n del gasto corriente como en el fortalecimiento de fuentes de ingresos estables y no-inflacionarias. Para cumplir con este fin, el gobierno debe asegurarse que:
La experiencia de M�xico y otros pa�ses muestra con claridad que el crecimiento econ�mico sostenido s�lo es posible cuando se procuran, alcanzan y preservan los equilibrios macroecon�micos fundamentales. Es esencial que las pol�ticas que procuren la estabilidad macroecon�mica sean transparentes y estables para que tengan credibilidad y ofrezcan certidumbre a la poblaci�n.
Para que la situaci�n macroecon�mica permita una expansi�n sostenida de la actividad econ�mica y del empleo, se requiere contar con finanzas p�blicas sanas, con una pol�tica monetaria y cambiaria que coadyuve a la competitividad de la econom�a y a la estabilidad de precios.
Finanzas p�blicas
Es esencial que en los pr�ximos a�os se mantenga una estricta disciplina fiscal que permita que las finanzas p�blicas no s�lo no sean un factor de desequilibrio, sino que contribuyan con eficacia a impulsar el crecimiento econ�mico en condiciones de creciente estabilidad de precios. Ello significa que el nivel del gasto p�blico deber� guardar correspondencia con el total de ingresos tributarios y no tributarios que recibe el sector p�blico.
Pol�tica cambiaria
La evoluci�n nominal y real del tipo de cambio influye en la competitividad de corto plazo de la econom�a, en la producci�n nacional de bienes importables y exportables, en el ahorro interno, en el nivel general de precios y, por supuesto, en el mercado de divisas y en la balanza de pagos del pa�s. De ah� la importancia de contar con una pol�tica cambiaria congruente con los objetivos y estrategias econ�micas que establece este Plan. En este sentido, es importante reconocer que los m�rgenes y restricciones de la pol�tica cambiaria est�n dados por el comportamiento de otras variables y �mbitos de la econom�a, como son las finanzas p�blicas, la pol�tica monetaria, el nivel de las reservas internacionales, la promoci�n del ahorro y la productividad. Asimismo, la evoluci�n de diversas variables econ�micas y financieras a nivel internacional puede tener un impacto significativo sobre el tipo de cambio real. Por ello, la pol�tica cambiaria deber� evitar sistem�ticamente una sobrevaluaci�n del tipo de cambio real que inhiba el ahorro interno y la producci�n nacional. Al mismo tiempo, debe procurarse que, en combinaci�n con otros instrumentos de la pol�tica econ�mica, la evoluci�n cambiaria coadyuve a la estabilizaci�n del nivel de precios.
Pol�tica monetaria
La adecuada conducci�n de la pol�tica monetaria constituye un factor fundamental para el logro de los objetivos que propone este Plan en materia de estabilidad en el nivel de precios y de un crecimiento sano y sostenible de la econom�a. Esta pol�tica influye en forma preponderante sobre el comportamiento de los precios que, a su vez, constituye un punto de referencia para toda la actividad econ�mica. Por ello, en la medida en que dicha pol�tica consiga crear un clima de estabilidad y confianza, contribuir� a la generaci�n de ahorro interno y a la inversi�n en proyectos productivos. La responsabilidad de la conducci�n de la pol�tica monetaria corresponde, por mandato Constitucional, al Banco de M�xico el cual en su car�cter de �rgano aut�nomo est� obligado a procurar, como objetivo prioritario, la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional.
Para alcanzar el crecimiento econ�mico que demanda el desarrollo nacional, es necesario asegurar el uso amplio y eficiente de los recursos humanos y materiales de que dispone el pa�s. Se requiere crear las condiciones que favorezcan el empleo intensivo de la mano de obra. Adem�s, es preciso elevar sostenidamente la productividad de la fuerza laboral para lograr no s�lo m�s empleo, sino mejores ingresos. Debe propiciarse un aumento sistem�tico de la eficiencia general de la econom�a, la cual sigue estando limitada por insuficiencias en la infraestructura, deficiencias en la calidad y costo de insumos b�sicos, el retraso tecnol�gico y la existencia de pesadas regulaciones e inequidades en la competencia.
Empleo y productividad
Se deber� propiciar la absorci�n productiva de la mano de obra mediante el abatimiento de la brecha entre el costo del empleo y la remuneraci�n real al trabajador, la reducci�n de los costos de transacci�n en el mercado laboral, la promoci�n de la eficiencia en los mercados que producen insumos complementarios al trabajo, y la desregulaci�n en beneficio sobre todo de las peque�as empresas del pa�s para aprovechar sus amplias potencialidades para absorber mano de obra.
Capacitaci�n
Resulta estrat�gico impulsar las oportunidades de formaci�n t�cnica y capacitaci�n de los trabajadores del pa�s para elevar progresivamente la productividad del factor trabajo.
Actualizaci�n tecnol�gica
La pol�tica tecnol�gica debe coadyuvar para hacer un uso m�s eficiente y efectivo de los recursos limitados del pa�s, para alcanzar mayor crecimiento y un aumento en el bienestar general que sea compatible con el cuidado del medio ambiente. Debe contribuir a diluir la dualidad y la dispersi�n tecnol�gica entre los sectores productivos, y a cerrar la brecha tecnol�gica entre empresas del pa�s y entre los niveles tecnol�gicos de �stas y de los competidores del extranjero.
Desregulaci�n y fomento de competencia interna y externa
Se debe asegurar que un n�mero creciente de regiones, sectores, cadenas productivas y empresas aprovechen todas las ventajas competitivas de nuestra econom�a. Se promover�n reformas legales para asegurar la vigencia del Estado de Derecho, en lo referente a la propiedad, la protecci�n al patrimonio, controversias mercantiles y abusos de autoridad. Asimismo, se ejecutar� un programa de desregulaci�n y simplificaci�n administrativa para mejorar la eficiencia de la regulaci�n vigente y se combatir�n pr�cticas monop�licas, tanto de empresas privadas como p�blicas.
Actualmente, M�xico dispone de amplias oportunidades para que sus exportaciones penetren a los mercados mundiales. Se fortalecer�n los esquemas de promoci�n de las exportaciones. Se continuar� el proceso de negociaci�n de los tratados comerciales con los pa�ses centroamericanos y se profundizar�n las relaciones comerciales con el Mercosur y con los pa�ses de la Cuenca del Pac�fico y de la Uni�n Europea. Estos acuerdos deber�n establecer condiciones para un desenvolvimiento eficiente sobre bases de equidad, que incluyan, de manera muy preponderante, un trato justo en las relaciones comerciales.
Infraestructura e insumos b�sicos
Ante la escasez de recursos del sector p�blico y ante la posibilidad de generar competencia y de regular adecuadamente a los particulares, ser� conveniente promover una amplia participaci�n de la inversi�n privada en infraestructura dentro de los l�mites que marca la ley. El Plan contempla la participaci�n del sector privado en ferrocarriles, telecomunicaciones, puertos, aeropuertos, generaci�n de energ�a el�ctrica, carreteras, y almacenamiento, transporte y distribuci�n de gas, entre otros.
Sociedad y Estado deben asumir plenamente las responsabilidades y costos de un aprovechamiento duradero de los recursos naturales renovables y del medio ambiente. La pol�tica ambiental y de aprovechamiento de los recursos pasar� de una actitud estrictamente regulatoria para constituirse en un proceso de promoci�n e inducci�n de inversiones en infraestructura ambiental, de creaci�n de mercados y de financiamiento para el desarrollo sustentable. Ello es indispensable para hacer compatible el crecimiento econ�mico con la protecci�n ambiental.
Desarrollo Industrial
El Plan Nacional precisa un conjunto de instrumentos y estrategias que son parte indispensable de la pol�tica industrial. El programa sectorial busca ofrecer el marco para el desarrollo industrial del pa�s en los pr�ximos a�os, con �nfasis en la promoci�n de las micro, peque�as y medianas empresas. Asimismo, se propondr� fortalecer el desarrollo de los subsectores y ramas que han resentido un mayor rezago en a�os pasados y promover el desarrollo e integraci�n eficiente de las regiones que presentan mayores rezagos, mediante la identificaci�n e impulso de ventajas comparativas.
Miner�a
La pol�tica minera se sustentar� en un marco regulatorio que genere seguridad jur�dica entre los inversionistas. Se buscar� mantener un ritmo de expansi�n congruente con el desarrollo sustentable y que permita aprovechar la amplia capacidad de la miner�a en la generaci�n de empleo, abastecimiento del mercado interno y generaci�n de divisas.
Turismo
El programa de desarrollo del sector turismo reconocer� que la actividad tur�stica es la opci�n m�s r�pida y viable para el desarrollo de algunas regiones del pa�s, debido a las ventajas relativas por nuestra vecindad con grandes mercados y, sobre todo, por la singularidad de nuestros recursos.
Pol�tica Agropecuaria
El objetivo central de la pol�tica agropecuaria consistir� en incrementar el ingreso neto de los productores. Para ello, se deber�n establecer medidas para mejorar la infraestructura productiva, la capacitaci�n de los trabajadores agr�colas, los servicios financieros, as� como otorgar certidumbre a la tenencia de la tierra. Para compensar el ingreso de los productores, se seguir�n otorgando los apoyos directos para promover la capitalizaci�n y el desarrollo tecnol�gico del sector. Por su parte, la pol�tica de precios agr�colas y ganaderos ser� tal que permita la formaci�n de mercados regionales, la reconversi�n productiva de aquellas regiones que muestren ventajas comparativas, la expansi�n de cadenas productivas y el abasto adecuado de ma�z y frijol.